Hang Mioku, de 48 años de edad, ha llevado su obsesión por la cirugía
estética hasta tal extremo que su cara ha quedado totalmente
desfigurada.
La última locura de esta coreana ha sido inyectarse aceite
de cocina en el rostro, lo que la ha dejado totalmente irreconocible.
A pesar de las consecuencias que la cirugía estaba teniendo en su
rostro, con el rostro hinchado y desfigurado, Hang se veía hermosa y
quería seguir operándose.
Cuando regresó a Corea, sus padres quedaron horrorizados
por los terribles efectos de la cirugía y decidieron buscar un médico
que pudiera devolverle su rostro. Pero el tratamiento era demasiado
caro.
Hang, encontró un médico que siguiera inyectando
silicona en su cara. El doctor se limitó a dejarle una jeringuilla y la
silicona para que ella misma se la colocara. Pero, cuando se le acabó el
producto decidió inyectarse aceite de cocinar.
Ahora, Hang se ha hecho famosa en Corea y varias donaciones han
permitido que se pueda operar para eliminar 260 gramos de sustancia
extraña de su cara y cuello. Después de varias sesiones, los médicos han
logrado reducir el tamaño de su rostro que ha quedado desfigurado y
marcado para siempre por las cicatrices.
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